La improvisación que tengo el honor y el gusto (para mí lo es) de presentaros incorpora algunas mejoras y diferencias con improvisaciones anteriores. La principal es que en esta ocasión hemos mejorado los medios técnicos y la hemos grabado con una grabadora, y no con un móvil, como debe ser. Como siempre, no he retocado para nada el resultado. La otra incorporación que presenta con respecto a las demás piezas es que en esta ocasión, al tener el móvil libre y sin hacer nada, decidí grabar con él el principio de la pieza y reproducirlo desde la mitad (poco después del primer punto culminante, por llamarlo de alguna manera). El efecto es bastante discreto (por no decir que es casi nulo), sólo se escucha de vez en cuando el sonido de las percusiones y el piano empobrecidos por el altavoz del móvil, en contraste con el sonido real, bastante más presente. Al final, tras el arpegio ascendente del piano, podemos escuchar casi fundido en la resonancia el sonido del móvil reproduciendo hechos anteriores. Al acabar, simplemente bajé el volumen del móvil y ese recuerdo de la música anterior desaparece. Hablo en primera persona porque Antonio, enemigo declarado de estos sonidos hasta cierto punto artificiales, no estaba muy de acuerdo con este uso de la "electroacústica en tiempo real" (a nivel de andar por casa).
He aquí una foto de los instrumentos de percusión tal como los dispusimos:
Lo pasamos bien, resulta muy divertido. Me gustan sobre todo dos cosas de esta improvisación: Una es la comunicación que existe entre los dos intérpretes, de modo que se escuchan, imitan las células musicales y dialogan. La otra es el juego de ir y venir de las pulsaciones rítmicas que resultó ser muy emocionante durante la interpretación.
ResponderEliminarMuy buenas, Don Antonio, siempre es un placer y un honor tenerle por aquí. Aviso que para la próxima voy a repetir la faena de grabar y reproducir en medio, y de forma más descarada, que aquí no se nota nada.
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