viernes, 15 de julio de 2011

L'Enfant et les sortilèges.


Con motivo de una representación de ópera a la que voy a tener la suerte de asistir el viernes 22 en Munich , voy a hablar hoy un poco sobre esta ópera de Ravel con libreto de Colette (ponen además Der zwerg de Zemlinsky... pero esa no me interesa tanto). Aquí tenéis un enlace con información sobre esta fantasía lírica:
http://es.wikipedia.org/wiki/L'enfant_et_les_sortil%C3%A8ges y aquí en mismo en inglés, para variar bastante más completo (creo que incluso más que en francés): http://en.wikipedia.org/wiki/L%27enfant_et_les_sortil%C3%A8ges

No voy a repetir lo que ya dice ahí, simplemente corregiré o completaré un par de cosas respecto a la instrumentación especificada:
1º- No menciona la cuerda, que es la usual, violines I y II, violas, chelos y contrabajos.
2º- Respecto al trinquete (???) he tenido que mirar el DRAE y eso no es un instrumento, me da la sensación de que debe referirse a una carraca.
3º- No especifica que el piano puede ser un lutheal ¿Y eso qué es? aquí tenéis un enlace que lo explica: 
En efecto, creo recordar que en la partitura viene especificado este instrumento, que es básicamente un piano preparado (Recomiendo escuchar Jeanne d'Arc au bûcher de Honegger, pues podremos escuchar dos pianos, preparados de manera similar a como funcionaría este lutheal, para que suenen a clavecines: Les rois ou l'Invention du jeu de cartes: http://www.youtube.com/watch?v=8PLUD1mvUu8 )

Lo que sigue, puede desmontar un poco el argumento de la ópera, así que si no queréis seguir, dejadlo aquí ya.
L'Enfant et les sortilèges, que no llega a alcanzar la duración de una hora, se divide en dos partes. En la primera parte, al principio, nos encontramos al niño remoloneando, no hace los deberes. Entra su madre, que le pregunta si ha acabado su página y ha sido un niño bueno. He de remarcar aquí que contra lo que veremos en algunos montajes de esta ópera, todos los objetos, incluida la madre, deben ser representados a un tamaño mayor del real, enfatizando la pequeñez del niño. De esta manera, de la madre podríamos ver la parte de abajo del delantal y su mano. El niño no responde y se deja resbalar por la silla, la madre se da cuenta de que no ha hecho nada. Otro silencio y ante la petición de que le pida perdón, el niño le saca la lengua. Por ese descaro es castigado a tomarse para merendar el te sin azúcar y un trozo de pan seco, y aguardar en su cuarto hasta la hora de cenar, pensando en lo que ha hecho.
Una vez sale mamá, al niño, lejos de caer abatido de arrepentimiento, le da una rabieta monumental y arrasa con todo lo que encuentra en la habitación: tira la taza y la tetera, salta sobre el alféizar de la ventana, abre la jaula de su ardilla y la pincha con su pluma, haciendo que el animalito huya por la ventana, salta sobre la cola del gato desde la ventana, atiza el fuego de la chimenea y le echa agua, ataca las figuritas de pastores del empapelado de la pared con el atizador, abre la caja del reloj y le quita el péndulo, destroza sus libros y cuadernos... hasta que, bien desahogado ya, trata de dejarse caer en el sofá... y éste da tres pasos hacia atrás y no lo deja sentarse. Este es el comienzo de la ópera. Lo que sigue en esta primera parte serán las distintas "venganzas", "sustos" o lamentos de los objetos o seres a los que el niño ha hecho daño en su rabieta. 
Me gustaría llamar la atención sobre cómo cada objeto o ser es descrito por la música, a veces de forma casi literal, prácticamente una onomatopeya, como es el caso de este sofá (luego representado con una música con aire de danza cortesana, ya que lo acompaña una silla tapizada estilo Luis XV), el reloj, los gatos, bien aludiendo a características "nacionales" como es el caso de la taza china, la tetera o la música tan "provenzal" de los pastorcitos.
Por ejemplo, en el caso de la tetera y la taza podemos escuchar la música china de la taza y esa especie de foxtrot de la belicosa tetera, que en un momento se superponen en un magnífico ejemplo de politonalidad, con el trombón en Fa mayor, y todos los demás instrumentos en Lab menor (creo recordar). Esto mismo se corresponde con el final del vídeo que he puesto arriba, que por cierto, es una representación en forma de ballet.
En la segunda parte de la ópera, el niño ha salido al jardín y allí serán los arboles y los animales los que le den su merecido. Como en el caso de la primera parte, también los animales e incluso los árboles, mecidos por el viento, son ilustrados musicalmente. Me gustaría llamar la atención en referencia al comienzo, con los distintos cantos de pájaros, las cigarras, las ranas... Finalmente, todo acaba bien, al darse cuenta los animales de que el niño realmente no es malo. Entre nosotros, que no salga de aquí, confieso que siempre me emociono con el final.

Por último, tiene delito el precio de la ópera en Sevilla, en el Maestranza. Y pensar que en Munich solo me ha costado 14 euros... Luego que se quejen de que la ópera no tiene público aquí. Evidentemente, si no se fomenta nunca tendrá público, o sólo lo tendrán las óperas más trilladas del repertorio. Pero eso es otro tema, aquí solo se subvenciona, se publicita y en definitiva se promueve lo que da beneficios, y que a su vez, suele ser lo que menos necesidad tiene de ser promovido, subvencionado y publicitado. En lo que es la industria cultural, tiene demasiada importancia la industria y muy poca la cultura, miramos demasiado el dinero y lo que es el amor al arte el justito, sin pasarse no sea que nos tomen por tontos. Así nos va, que somos el culo de Europa.

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