martes, 25 de septiembre de 2012

Robert Gerard (2ª parte)

En la anterior entrada dejamos a Gerhard en 1929, así que ahora toca iniciar la década de los 30.
Durante estos años estuvo residiendo en Barcelona (gracias a él, visitaron la ciudad en varias ocasiones Arnold Schoenberg y Anton Webern, y se tocaron en ella obras de Schoenberg, Berg, Webern, Stravinsky o Bartok). En cuanto a la música de Gerhard, continuaré citando a Joaquim Homs, que se explica muy bien en su libro y me ahorrará trabajo:
La producción de Robert Gerhard durante esta etapa de su vida fue bastante limitada por las circunstancias ya mencionadas (casi inexistencia de difusión de la música contemporánea, enseñanza musical anquilosada, ausencia de encargos...) y, en general, sigue las líneas del Quinteto de viento con la coexistencia de los dos principales componentes de su música, el étnico y el semiserial, preponderando uno u otro según el carácter y género de la obra, pero manteniendo siempre su característica vivacidad e imaginación rítmica y colorística, así como su interés melódico y armónico en íntima coordinación.
Es quizás la coexistencia de los dos componentes (étnico y semiserial) de la que habla Homs, la que hacía que a mí su quinteto me pareciera menos árido que el de Schoenberg. Pero no tengáis en cuenta esta última observación mía, al fin y al cabo es una simple cuestión de gustos.

Son las obras de esta década y de la siguiente las primeras que escuché de él, y también las que más me han llegado y más me gustan, quizás por el puntito neoclásico que tienen, que las hace agradables de escuchar sin ser facilonas. Casualmente las 3 son ballets (Ariel, Pandora y Don Quijote), y vamos a comenzar por Ariel (personaje de La Tempestad, de Shakespeare), compuesto en 1934 por sugerencia de Antal Dorati y Leonidas Massine. No llegó a representarse porque Massine la encontraba demasiado sinfónica (supongo que quiere decir que para ser un ballet es una música muy autosuficiente). Se estrenó en 1936 bajo la dirección de Hermann Scherchen. Ahí va:


Pero antes de continuar con los otros 2 ballets antes mencionados, que creo que finalmente irán a parar a la siguiente entrada (no esperaba que Gerhard diera tanto de si), vamos con otra obra de la misma época, Soirées de Barcelone, 1936/1938, que tuvo que esperar a tocarse en 1972 en forma de suite orquestal, 2 años después de la muerte del autor. En este ballet, quizás aún más que en el anterior se nota la influencia de la música popular catalana, que por otra parte, creo que es una constante de gran parte de la música española de esos años. Supongo que el influjo de Felipe Pedrell tiene que ver con esto. Aquí lo tenéis:


Y con esto lo dejamos por hoy.

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