"Solo para dos" es una obra para clarinete en Si bemol y trombón escrita por Gerard Grisey. El título obviamente no significa que sea "solamente para dos" (lo sé, es una tontería), sino que la idea es más bien la de que ambos instrumentos han de fundirse como si fueran uno solo, colaborando en un timbre "general". (se puede conseguir la partitura por internet pero que no se entere nadie que me denuncian. Eso entre nosotros)
Antes de continuar, aquí tenéis el vídeo:http://youtu.be/mia0aLk0l3I
(Y aquí el vídeo con partitura: https://youtu.be/BExiS0AgQwI. Cosas como esta hacen que merezca la pena internet)
Aviso de que voy a dividir en dos partes esta entrada, pues pese a no haberme metido en materia todavía ha quedado bastante larga.
Antes que nada os recomendaría que buscarais algo de información sobre el autor, para que os hagáis una idea de cuáles eran sus intereses, y eso que se suele llamar espectralismo. Aquí tenéis una entrada relacionada con el tema perteneciente a mi blog, pero seguro que hay mucho más por ahí: http://apiaceresevilla.blogspot.com/2011/10/algo-sobre-gerard-grisey-y-el.html
He de decir que yo disto mucho de ser un experto en el tema (el blog en este caso no es más que un pretexto para ponerme a estudiarlo). No es un tema del que se suela tratar en el conservatorio, o por lo menos yo empecé a conocerlo superficialmente poco antes de ir al Curso de Composición del Bierzo en 2008. La verdad es que allí me abrieron los ojos, o las orejas mejor dicho, a cosas bastante interesantes. Me traje de allí el pendrive cargado de buena música de compositores que me sonaban muy poco antes de haber ido (o directamente ni los conocía) Quede claro que no digo esto por desmerecer al conservatorio o los profesores con los que estudié, con ellos simplemente estudié otras cosas no menos importantes.
Voy a ubicar la obra un poco en la producción del autor, que creo que es lo primero, y para ello vamos a ver qué nos cuenta la wikipedia: Esta obra fue compuesta en 1981, entre Transitoires (1980, nº V de Espaces acoustiques, para gran orquesta, obra mencionada en la entrada citada arriba) y Les Chants de l'Amour (1982- 84). De esta última obra, para 12 cantantes y cinta, he de decir que me recuerda muchísimo, salvando las distancias los Cinq Rechants de Olivier Messiaen, para 12 voces mixtas. Ni que decir tiene que toda obra que menciono aquí recomiendo encarecidamente que se escuche, para que se sepa qué digo y porqué lo digo (aunque sé de sobra que nadie lo hará). También, en 1983 compuso Anoubis- Nout para clarinete contrabajo en Si bemol, dedicada al clarinetista bajo Harry Sparnaay (un auténtico monstruo del clarinete bajo, y encima buena gente, como decimos por aquí, con el que tuve el grandioso honor de compartir chicharrones, torreznos dicho a la madrileña, en un bar de Trescantos, Madrid, después de un concierto en el que estrenaba una obra de Oriol Saladrigues, al que conocíamos del curso del Bierzo... bueno, voy a dejar de hablar de mi vida y continuo con lo importante)
Supongo que sabréis lo que es el espectro de un sonido, y que el timbre viene dado por los armónicos del mismo y sus intensidades. Os remito de nuevo a las dos entradas anteriores en las que hablé sobre ese tema por si hay alguna duda.
En cuanto a Solo pour deux, lo primero que llama la atención es la instrumentación ¿Por qué clarinete y trombón? La obra está dedicada a Michel Arrignon (http://www.escuelasuperiordemusicareinasofia.es/ESMRS_Biografia_popup.aspx?idPersona=15932) y Beni Sluchin (trombonista del Ensemble Intercontemporain, junto al anterior) De ahí se deduce para empezar el siguiente perogrullo: está dedicada al clarinetista y al trombonista del Ensemble Intercontemporain, que sin duda serían quienes estrenaran la obra. Y de hecho lo hicieron en la Bienal de Venecia, el 19 de octubre de 1982, justo el día que nací yo (comparto cumpleaños con el estreno de esta obra, qué fricada más emotiva...). Esta información relativa al estreno está en la página del IRCAM, http://brahms.ircam.fr/works/work/8970/
¿Por qué un clarinete y un trombón? Lo que voy a decir ahora son hipótesis mías, así que no las toméis en serio si no queréis. Comencemos por el trombón:
La elección del trombón desde mi punto de vista viene dada por sus posibilidades tanto tímbricas como técnicas. Cuando digo posibilidades tímbricas me refiero en particular al uso de las sordinas, que actuando como filtros (potenciando o "escondiendo" determinadas bandas de frecuencia) pueden hacer que el timbre del instrumento se modifique sustancialmente. Y por otra parte, no debemos olvidar la facilidad del trombón para ejecutar intervalos no temperados, gracias a la vara, que como todos sabemos, permite tocar cualquier intervalo inferior al medio tono (y sus "jartibles" glissandi), algo impensable por ejemplo en un piano. Pero no solo eso, el trombón también permite que podamos tocar series de armónicos naturales partiendo de las notas fundamentales. Por ejemplo, en la IV posición (sol) podríamos tocar un fa natural, 7º armónico, pero este fa natural estaría bajo con respecto al fa que podemos tocar en la I posición (si bemol), del cual sería el armónico 5. Supongo que muchos no sabréis a qué me refiero con eso de las posiciones. No hay problema, ahora pondré un dibujito que lo explicará:
Os recuerdo que el diagrama se puede ver más grande si pincháis en él. Las posiciones están indicadas en números romanos y son las distancias de la vara, siendo la Pos. I, la que hace la longitud de tubo más corta. Las fundamentales son las notas más graves que pueden darse con cada posición (no suelen usarse por lo general, son las llamadas notas pedales). Las cifras arábigas indican el nº de cada armónico. He escrito hasta el 11, pero se podría seguir.
He observado que mucha gente que llega a esta entrada lo hace buscando las posiciones del trombón, por lo tanto añadiré por si les sirve de ayuda, que mediante el uso del transpositor estas posiciones citadas aquí se bajan una 4ª justa, de manera que en la posición I tendríamos entonces el Fa, en la II tendríamos el Mi, y así hasta descender al Si natural en la VII posición (que es una nota no muy recomendable por lo que cuesta afinarla)
En la obra abundan glissandi de armónicos y no tanto como sería de esperar los de vara (que son los que se suelen asociar al trombón). Respecto al uso de las sordinas, la obra es un auténtico catálogo de sus posibilidades, y es ideal para escuchar la variedad tímbrica que producen.
También he de decir que la sonoridad del trombón me recuerda bastante el inicio de Partiels, obra ya citada antes, y que podéis escuchar en la entrada sobre Gerard Grisey que cito arriba. Otra razón que me parece que condiciona bastante la obra en sí y la relaciona bastante con el trombón es la siguiente: Solo pour deux se basa en dos series de armónicos sobre las siguientes fundamentales virtuales a distancia de 5ª disminuída, Si bemol y de Mi natural, situados a la 8ª inferior de las fundamentales del trombón en la I y la VII posición respectivamente (en el caso del Si bemol son 2 octavas por debajo de la nota pedal escrita arriba). Creo que en este caso la elección del instrumento ha determinado en parte la idea de la composición, no me parece que esto sea una casualidad.
Continuo ¿Por qué un clarinete precisamente? La primera razón que se me ocurre la leí hace tiempo en alguno de los documentos que cito en la bibliografía del otro artículo, y es la preferencia por instrumentos con un espectro armónico más bien "pobre", como es el del clarinete, que enfatiza sobre todo los armónicos impares. Esto se relaciona con la idea de síntesis instrumental (análisis de un sonido, sus armónicos, sus intensidades, envolventes, etc. para luego tratar de recomponerlo instrumentando dichos armónicos, de manera que el sonido resultante recordará por sus características al que se tomó como modelo, pero enriquecido, al estar compuesto por sonidos complejos y no ondas senoidales como el sonido modelo) El clarinete se presta especialmente bien a ser usado en estos menesteres, por las características ya mencionadas. Creo ocioso hablar de la amplia tesitura del instrumento y su amplio rango dinámico, aprovechados totalmente en esta pieza, además de las posibilidades en cuanto a recursos tales como multifónicos, sonidos rotos, aire, microtonos (con su digitación al principio), voz y sonido, glissando, etc. de los cuales iré hablando conforme aparezcan. Es particularmente curioso el efecto conseguido con la sordina wawa del trombón y el paso de multifónico a sonido normal en el clarinete. En resumen el clarinete serviría para colorear los sonidos del trombón, que es el que suele dar las notas más graves en la pieza (exceptuando un momento en particular)
Finalizo por ahora con alguno detalles referentes a la preparación de la obra y útiles necesarios para llevarla a cabo:
Como dije antes la pieza se basa en dos series de armónicos, sobre las fundamentales virtuales Si bemol y Mi. Con el fin de trabajar correctamente la afinación de las notas que forman parte de ambas series de armónicos, la partitura va acompañada por una cinta de cassette (supongo que ya la habrán cambiado por un CD) en la que están grabados dichos sonidos. Esta "cinta de trabajo" sirve para practicar la afinación de cada armónico por separado. Yo no dispongo de ella, pero supongo que lo que se escuchará serán sonidos con la frecuencia de cada armónico (no sé si se escucharán ondas senoidales o un trombón y un clarinete dando cada nota)
En este tipo de obras suele ser usual una relación de las sordinas a utilizar (en este caso cup, wawa y plunger) Pero además de estas 3 sordinas que se usarán de la manera usual, el autor pide que se instale un pórtico en el que se colgarán otras 4 sordinas (wawa, straight, cup y velvet). No he podido ver en qué consiste dicho pórtico, pero se usa sólo al final de la pieza, y creo que la idea es tener las sordinas colgadas a la altura del trombón y que el trombonista para cambiar de sordina sólo tenga que desplazarse e introducir la sordina indicada en la campana del instrumento sin necesidad de usar la mano ocupada con la vara.
Otro de los útiles curiosos, que realmente me ha llamado la atención es un aro de caucho que se pondrá en la campana del clarinete. Su función es que al meter la campana del clarinete dentro del pabellón del trombón no se produzcan ruidos por el posible choque entre ambos instrumentos. Éste es el típico experimento que se hace en la banda cuando uno se aburre en una procesión, además de cambiar los instrumentos de boquilla, empalmar varios clarinetes, etc. Pero en este caso ¿Qué se consigue metiendo el clarinete dentro del trombón, además de intimar con el otro instrumentista (o mejor dicho, el otro instrumento)? Esto sucede al principio de la obra, ambos instrumentos están tocando un re a unísono. Por lo pronto creo que lo más seguro es que la afinación de la nota del trombón baje y se produzcan batimentos. Y eso es lo que se oye. Pero esto es algo que aún tengo que probar para ver si esto es lo único que ocurre.
(Nota: lo probé con un saxofón tenor y un clarinete, ambos tocando su nota más grave, y esto es lo que sucede: http://youtu.be/ICA3T4QdSdw)
Y esto es todo por ahora, espero que os guste la obra. Volveremos con ella más adelante, una vez que la tenga estudiada más a fondo.
Postdata: El análisis completo para quien le interese está aquí: http://espaciosonoro.tallersonoro.com/2015/01/16/solo-pour-deux-de-gerard-grisey/
Interesante trabajo el que has puesto, Juanma. He disfrutado mucho leyéndolo.
ResponderEliminarGracias gracias, no veas lo hinchado que tengo el ego. Espero que también te haya gustado escucharla. Por lo pronto he de decir que ayer hice el experimento de meter la campana del clarinete dentro de la de una trompa tocando la misma nota (unis), y en principio lo que hay es una bajada de afinación bastante curiosa. Todavía tengo que hacer más pruebas, con unísonos desafinados, a ver qué pasa.
ResponderEliminarMe encanta... han borrado el vídeo de internet por razones de copyright (notificaciones de terceros ¿...?), con lo cual la obra no circula ya por youtube. Supongo que en spotify estará. Merece la pena escucharla.
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