lunes, 21 de septiembre de 2015

La música andaluza en libros de texto escolares.

Hoy no era día de dejar entrada, pero acabo de ver una noticia que me ha dejado anonadado: http://sevilla.abc.es/cultura/libros/20150920/sevi-libro-musica-andaluza-201509191400.html
Copio un trozo, para que sepamos de qué hablo, por si la noticia desaparece:
"David BisbalMerche, SabinaJosé el Francés y los verdiales. A esto se resume, a grandes rasgos, la música andaluza según el libro de texto que prescribe la Junta de Andalucía en centros públicos y concertados de la comunidad para los alumnos de 3º de Primaria, a los que dentro de la asignatura de Música se les adentra por primera vez en la que se genera exclusivamente aquí. El libro, realizado por la editorial SM, pero con asesores educativos de la propia Junta, comienza con el capítulo dedicado a la música de raíz, pero habla exclusivamente del fandango y de su importancia en nuestro folclore. Sin embargo, no lo vincula con el género musical andaluz por antonomasia, que es el flamenco, al que no se le dedica una sola línea, salvo para hacer aclaraciones de dudoso rigor. "

Subrayo: Con asesores educativos de la propia Junta

Ante esto ¿Nos vamos a extrañar luego de que los niños crezcan y no tengan ni el más mínimo criterio musical ni conocimiento alguno? ¿Vamos a asombrarnos de que la ópera sea un espectáculo para señor@s mayores que quieren ver la Traviata una y otra vez? ¿De  que haya un concierto de la banda municipal en un barrio y sólo vaya la 3ª edad? ¿De que los conciertos de música contemporánea vayan pareciéndose cada vez más a reuniones familiares, que ya casi nos conocemos todos de ver siempre las mismas caras? Podría poner más ejemplos, pero ya es suficiente.
No sé vosotros, pero a mí no me extraña lo que leo: esto es la evidente consecuencia de la "des-educación musical" que ejemplifica este libro de texto, y al mismo tiempo, su causa. Y con asesores educativos de la propia Junta, cada vez que leo esa frase me entra repeluco. Cualquiera diría que son empresarios de discográficas asegurándose futura clientela, más que asesores educativos de la propia Junta.

No tengo nada en contra de Bisbal (aparte de la cara de pan de pueblo del dibujo, que da un poco de grima), pero pienso que los niños andaluces NO necesitan que se les hable de él. Ya saben de él lo suficiente, lo van a tener en la televisión, Internet y la radio siempre que quieran (y que no quieran)

Sinceramente, si consideramos que lo más importante que los niños de Primaria tienen que aprender y conocer en las clases de música del colegio es toda la música comercial que ya conocen, mejor que quiten ya de una vez la hora de música y que les metan más horas de Lengua. Eso sería más fructífero: a los niños cuando crezcan les gustará Bisbal igualmente, pero dará gusto escucharlos hablar o leer lo que escriben.
O también podrían sustituir la asignatura por otra más acorde con esta época, como una clase de "Formación del espíritu emprendedor" (es raro que no lo hayan hecho aún)

Echadle un vistazo también a esto: http://elpais.com/elpais/2015/09/17/opinion/1442504361_281943.html?id_externo_rsoc=FB_CM

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Monográfico de G. Ligeti nº 7: Volumina.

Continuamos en el año 1962 con Volumina, para órgano, obra encargada por la Radio de Bremen.
Si en la entrada anterior teníamos 100 metrónomos sobre un escenario haciendo tic-tac, aquí tendremos a un organista que daría lugar al clásico comentario de "mi gato también sabe hacer eso" o al odioso y estúpido "tanto estudiar música para eso".
Guardaos de hacer eso aquí. Olvidemos las excusas y abramos bien las orejas, a estas alturas no tiene sentido alguno tener el gusto musical anclado en el siglo XIX.

En este caso voy a poner un varias grabaciones de la obra, como suelo hacer siempre que la interpretación de una obra depende mucho de las condiciones particulares de cada intérprete e instrumento. La primera serán fragmentos en los que vamos a ver al organista en acción:



Y ahora 3 grabaciones de la obra completa:




En esta última también podemos ver al organista en acción:


Sois libres de escuchar más versiones, todas las que queráis, pero yo creo que con estas basta. Habréis podido observar en los vídeos en los que se ve a los intérpretes que estos tienen que tocar no solo con los dedos, sino con las palmas de las manos y los antebrazos, de hecho al comienzo del primer vídeo que he puesto, el organista incluso pone una toalla enrollada sobre el teclado para que no se escape ninguna nota del cluster inicial (ese detalle me ha encantado)

Por cierto, y respecto a eso, en el 4º vídeo comienza el cluster directamente en fortísimo, a diferencia del primer vídeo. Es una de las posibilidades para el inicio. La otra consiste en que hay que encender el órgano una vez se han pisado todas las teclas, de manera que al ir entrando aire en los tubos paulatinamente se produce un gran crescendo y fluctuaciones de altura que culminan en el cluster fortisimo (a mí esta forma de empezar me gusta bastante más)

Si os habéis fijado bien en la partitura que se ve en el segundo vídeo, observaréis que consiste en líneas curvas y rectas de diverso grosor (según la amplitud del cluster) y otro tipo de dibujos que representan de forma intuitiva el movimiento de las manos, la calidad del sonido que se busca (continuo, discontinuo) o el ámbito del mismo:
Ilustración sacada de las instrucciones que vienen al principio de la partitura. 
Las duraciones están especificadas en la partitura de manera proporcional teniendo en cuenta que cada página deber durar unos 45 segundos.
La obra entera está compuesta a base de clusters y según nos dice el mismo Ligeti está organizada como un "gran arco". Estos clusters pueden ser cromáticos, diatónicos o pentatónicos, como se puede ver en el dibujo de arriba. Pero Ligeti cuenta también con que en algunos órganos los registros pueden sacarse poco a poco o dejarse entresacados, lo cual hace que fluctúe la afinación y se produzcan microtonos (en esta grabación se escucha claramente a partir del 3'20": https://youtu.be/esDkIW6oEBg. El efecto es chulísimo) De esta manera Ligeti consigue extraer del órgano una sonoridad totalmente nueva y distinta de la habitual. La obra podrá gustar más o menos, pero estos son detalles de genialidad.

Personalmente, Volumina me recuerda mucho más a Atmosphères que a cualquier otra obra para teclado del autor (lo que comentaba en la entrada anterior sobre la neutralización del intervalo es perfectamente aplicable en Volumina también, echad un vistazo aquí: http://apiaceresevilla.blogspot.com.es/2015/08/monografico-de-gyorgy-ligeti-n-5.html).

Aquí lo voy a dejar por ahora. En la próxima entrada continuaremos a partir de 1963.

martes, 15 de septiembre de 2015

Concierto de clausura de la Feria de la Cultura de Pilas 2015

Como todos los años por esta fecha, ayer participamos en el cierre de la Feria de la Cultura de Pilas.
El programa en esta ocasión básicamente el mismo del concurso de Olivares, con los siguientes añadidos, el pasodoble Primavera, de Antonio Gisbert Espí y las bandas sonoras de Gladiator y Piratas del Caribe.


Vamos a escuchar Entre flores, danza andaluza de José Fernández Pacheco (que también la tocamos en Olivares pero el vídeo desapareció por accidente):


Y aquí está Primavera, de Antonio Gisbert Espí, pasodoble con un dúo de clarinetes la segunda vez que se repite el trío:


El dúo lo tocamos mi compañero de atril Ignacio, al cual aprovecho para saludar desde aquí, y yo mismo.
Las demás piezas, exceptuando las bandas sonoras, las podéis escuchar en la entrada relativa al Concurso de Olivares: http://apiaceresevilla.blogspot.com.es/2015/07/ii-certamen-de-bandas-de-olivares-2015.html


miércoles, 9 de septiembre de 2015

Monográfico de G. Ligeti nº 6. "Poème symphonique" para 100 metrónomos.

En el año 1962 tenemos dos obras realmente curiosas, como son el Poème symphonique para 100 metrónomos y Volumina, para órgano. Estoy viendo que la primera de ellas me va a dar para rato... así que la obra para órgano tendrá que esperar. Hay mucha información en internet sobre el Poème symphonique, pero en este caso me limitaré a daros mi opinión y buscar algunos puntos en común con otras obras y autores.

Supongo que todo el mundo sabrá qué es un metrónomo, pero por si acaso, lo explicaré a mi manera. Es un aparato de mecanismo similar a un reloj que sirve para indicar la velocidad del pulso en golpes por minuto. Actualmente también los hay digitales (e incluso en aplicaciones de móvil... de hecho, desde que el mío se quedó "cojo", uso el móvil como metrónomo)

¿Sólo a mí me parece que tiene una carita risueña?

Tic-tac, más o menos rápido, eso es todo lo que hace un metrónomo.
Pues bien, a Ligeti se le ocurrió utilizar exclusivamente 100 trastos de estos en una de sus obras. Antes de escucharla quizás sea interesante que imaginemos durante un momento cómo sonaría un montón de estos chismes haciendo tic-tac, cada uno a una velocidad distinta. Se escucha básicamente una nube de ruido blanco, algo parecido al sonido de los aplausos en un teatro, con fluctuaciones dependiendo de que haya mayor o menor coincidencia entre ellos. Estas fluctuaciones hacen que se formen esquemas rítmicos que o bien, poco a poco desaparecen en un mar de ruido, o se transforman en otros ritmos distintos. Y así hasta que al último metrónomo se le acaba la cuerda. Dicho esto, ya tenemos aquí las 3 fases que se dan en la obra y que se suceden enlazadas sin interrupción (Ruido de todos los metrónomos, aparición de esquemas rítmicos, llegada a la periodicidad del final)

El concepto es muy similar al de otra obra cercana en el tiempo, In C, de Terry Riley (de la cual también hablé aquí en el blog, casi cuando empecé con él: http://apiaceresevilla.blogspot.com.es/2011/04/in-c.html. Esta se estrenó un par de años después, en 1964) 

Efectivamente la idea es prácticamente la misma en las dos obras, aunque en el Poème symphonique llega a un nivel de descarnamiento tan grande y a tal aparente falta de intencionalidad musical que no me extraña que ofenda a mucha gente. Si, todos los que al empezar a leer empezasteis a pensar que "esto no es música", "esto es una estafa" o "esto es una mierda". Me dirijo a vosotros en particular.
Hay que añadir también la evidente ironía del título, con su retintín decimonónico y romántico: "Poema sinfónico". Igual me equivoco, pero siempre he pensado que Ligeti no sólo era compositor como la copa de un pino, sino un tío con bastante sentido del humor. Y creo que de ambas cosas encontraremos bastantes muestras en la música que vamos a escuchar en las entradas que seguirán.

Bueno, aquí está el poema:


Y llegó el momento del proselitismo (para eso este es mi blog):
Esto hay que escucharlo sin prejuicios, yendo a "ver qué pasa", como el que pasea por el campo, dejando que el sonido haga lo que tiene que hacer, que "suene", y ya está, sin pedirle que exprese ni diga nada. Es lo que es y no más. No hay que buscar otra cosa.

Se requiere por parte del oyente una actitud activa. En realidad, toda música requiere esa actitud (exceptuando algunas deshonrosas excepciones) Un buen oyente debe tratar de agarrarse a los asideros que le da el compositor, reconocer motivos, ideas, ver como estas se transforman o permanecen siempre iguales, formarse expectativas, no formárselas, dejarse llevar, perderse, encontrarse... Si los asideros a los que estamos acostumbrados no están es normal que no sepamos dónde agarrarnos y la escucha sea infructuosa y carente de interés. En ese caso, tenemos que replantearnos los asideros y buscar otros.

En resumen, si escuchas esto por primera vez y lo rechazas porque sólo escuchas ruido es porque tratas de aplicar criterios de escucha que no son válidos aquí. Quizás a la segunda vez tampoco le pillarás el rollo. Ni a la tercera, ni a la cuarta. Pero si te acercas sin prejuicios, muy seguramente no llegará a ser la obra que más te guste de Ligeti, pero verás que ni es una mierda ni un engañabobos, sino música, hecha de otra manera, pero música.

Antes dije "aparente falta de intencionalidad". No era exacto, la obra está "programada" y siempre va a sonar de manera similar, aunque no igual. Hay una "intencionalidad", un proceso que se extiende a lo largo de toda la pieza y que es claramente perceptible: A lo largo de él iremos viendo que los ocasionales silencios, al principio muy breves, van esculpiendo formas sonoras efímeras (qué poético me ha quedado). Los silencios se dilatan a la par que los metrónomos se van callando uno a uno, hasta que queda el más lento, absolutamente periódico y predecible en su tic-tac.
Este uso de procesos es un punto en común de Ligeti con los compositores llamados minimalistas, como el citado Terry Riley o Steve Reich y sus desfases (ya que le mencionamos, aquí va un ejemplo de su música: https://youtu.be/gCkd46hcRag) Y también será un punto en común con compositores como Grisey y Murail entre otros.

Antes de irme, me gustaría dejar constancia de un antecedente en el uso de este tipo de aparatos: Maurice Ravel, en L'Heure Espagnole (1907- 1909), ópera que transcurre en su totalidad dentro de una relojería. Al principio de la partitura nos encontramos lo siguiente:

Tres relojes de péndulo (o 3 metrónomos) sobre el escenario. Con la intención de crear la ilusión de que hay muchos relojes, Ravel especifica 3 velocidades distintas para cada metrónomo y diferente matiz, de forma que consigue 3 niveles distintos de profundidad. 
Esta ópera para mi gusto no tiene desperdicio, y es una lástima que se represente tan poco: https://youtu.be/8OqZd8zf_hM